Para conocer un poco más sobre nuestra Independencia...
La Declaración de Independencia fue llevada a cabo por el Congreso de Tucumán que sesionó en la ciudad de San
Miguel de Tucumán de las entonces Provincias Unidas del Río de la Plata. Con
dicha declaración se hizo una formal ruptura de los vínculos de dependencia
política con la monarquía española y se renunció a toda otra dominación
extranjera. Fue proclamada el martes 9 de julio de 1816 en la casa propiedad de
Francisca Bazán de Laguna, declarada Monumento Histórico Nacional en 1941.
Antecedentes
En 1814, el rey Fernando VII había regresado al trono de España. Esta
situación quitó argumentos de acción a los hombres que habían iniciado la
Revolución de Mayo e instaurado la Primera Junta —y los gobiernos que habían
sucedido a ésta— bajo la premisa de la Máscara de Fernando VII. Ya no podían
actuar en nombre del rey de España porque éste volvía a estar en el poder
efectivo. España quería reconquistar sus colonias; los realistas (los
partidarios del colonialismo) habían triunfado en Huaqui, Vilcapugio y Ayohúma,
y eran fuertes en el Alto Perú, la actual Bolivia. Desde allí pensaban atacar
las bases de los independentistas e invadir todo el territorio de Argentina
teniendo como objetivo la ciudad de Buenos Aires.
El acta que firmaron los congresales decía:
“Nos los
representantes de las Provincias Unidas en Sud América, reunidos en congreso
general, invocando al Eterno que preside el universo, en nombre y por la
autoridad de los pueblos que representamos, protestando al Cielo, a las
naciones y hombres todos del globo la justicia que regla nuestros votos:
declaramos solemnemente a la faz de la tierra, que es voluntad unánime e
indubitable de estas Provincias romper los violentos vínculos que los ligaban a
los reyes de España, recuperar los derechos de que fueron despojados, e
investirse del alto carácter de una nación libre e independiente del rey
Fernando séptimo, sus sucesores y metrópoli. Quedan en consecuencia de hecho y
de derecho con amplio y pleno poder para darse las formas que exija la
justicia, e impere el cúmulo de sus actuales circunstancias. Todas, y cada una
de ellas, así lo publican, declaran y ratifican comprometiéndose por nuestro
medio al cumplimiento y sostén de esta su voluntad, baxo el seguro y garantía
de sus vidas haberes y fama. Comuníquese a quienes corresponda para su
publicación. Y en obsequio del respeto que se debe a las naciones, detállense
en un manifiesto los gravísimos fundamentos impulsivos de esta solemne
declaración.” Dada en la sala de sesiones, firmada de nuestra mano, sellada con
el sello del Congreso y refrendada por nuestros diputados secretarios.
El 19 de julio, en sesión secreta, el diputado Medrano hizo aprobar una
modificación a la fórmula del juramento, con la intención de bloquear algunas
opciones que se contemplaban en aquel momento por las que se pasaría a depender
de alguna otra potencia distinta a la Española. Donde decía «independiente del
rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoli», se añadió:
“…y toda otra
dominación extranjera”
El acta original, firmada por todos los miembros del Congreso, fue
redactada en el libro de Actas de las sesiones públicas de dicha Asamblea. Ese
libro se ha perdido. Algunos historiadores consideran que fue depositado en
1820 en la Legislatura de Buenos Aires, de donde posteriormente habría sido
sustraído. En el Archivo General de la Nación Argentina lo que se conserva es
una copia realizada por el secretario Serrano, a fines del mes de julio de
1816.
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